De pesca con nuetros hijos Por Jorge O. R. Kaftan.
Conozco a muchos padres que ya salen de pesca con sus
hijos, pero la gran mayoría todavía no lo ha experimentado, y estoy seguro que ello se
debe al desconocimiento del gran placer que causa compartir una salida con la excusa de
pescar.
Mi recuerdo se remonta hasta hace más de treinta y tantos años cuando mi papá el día
anterior a la salida preparaba la escopeta y las líneas de fondo para que el día domingo
bien temprano y en bicicleta (me transportaba en un asiento que se enganchaba en el
manubrio) nos fuéramos a pescar y a cazar. Nunca faltaba en el bolso el salamín, el
queso, y las lombrices. Para beber -por supuesto- agua, que en aquella época todavía era
pura. Y pasaba un día de aquellos que, hasta el momento en que me muera no olvidaré.
Ha pasado el tiempo y ahora yo también soy
padre. Es hermoso ver a los chicos cómo se preparan para una salida y la expectativa que
les genera la actividad al aire libre y en compañía de alguien a quien ellos aman. Creo
que la genética tiene algo que ver, por lo menos en mi caso, pero esto no va dirigido a
aquellos papás que, como yo, tuvieron la oportunidad de aprender a vivir el campo y de
haber nacido en esta zona; es para aquellos que por diversas razones les toca vivir en
estos momentos en la Patagonia, y no saben como empezar con esta hermosa práctica.
Los tiempos han cambiado decía, y ahora ya no se
puede salir a cazar y pescar porque las vedas no coinciden, la caza se practica en
invierno y coincide con las clases, además es casi impracticable el acampe por la salud
de los chicos, eso no quita que no se puedan realizar salidas de un día (se recomienda
sacar permiso de caza, tener los papeles de las armas en regla, tener permiso del dueño
del campo, avisar en la comisaría mas cercana, en el campo que se realiza la salida y por
supuesto respetar los cupos establecidos).
Mas fácil es ir a pescar, el clima acompaña, ya no hay clases y con el permiso de pesca
es suficiente para que en cualquier charco con agua se pueda plantar una carpa y pasar una
o varias noches y días con nuestros hijos. Si a esta altura Ud. piensa que va a pescar,
olvídese, la pesca es la excusa para salir.
En las primeras salidas el chico quiere divertirse, jugar, investigar, y muchas cosas
insospechadas que ya se le ocurrirán en el momento y si Ud. quiere que él repita la
salida no lo reprima, sólo téngalo controlado desde lejos y esté presto a salir en su
ayuda. Durante el viaje (que no tiene que ser de más de dos horas, por la ansiedad propia
de los niños) Ud. le irá explicando cuáles son las reglas básicas que él tiene que
cumplir (si cree que las va a cumplir lo felicito, tiene un hijo perfecto). La caña tiene
que estar armada generalmente (hay excepciones) hasta los 10 años, ya que antes de esa
edad no tienen la fuerza suficiente para empuñar y lanzar un mosca, por eso recomiendo
que los chicos practiquen la pesca con "cucharita". No es necesario, al
contrario, tener un equipo costoso, ni los rapalas de última generación, ahora si Ud.
tiene dinero suficiente y no le importa que los pierda a todos, cómprelos, porque los van
a perder sin excepción, y le puedo asegurar que no pescan mas de 15 minutos por cada
salida. La caña la van a dejar tirada en cualquier lado, y con la tanza confeccionarán
arcos, boleadoras o alguna trampa para cazar la liebre que a la nochecita pasó cerca del
campamento. Aún así, no se preocupe después de algunas salidas perfeccionan todo.
Otro tema importante son las comidas. No se complique, café o
"todi", leche en polvo, manteca (compre la que viene en una cajita plástica,
por si se derrite) y pan, con esto tiene armado el desayuno y la merienda compre algún
salamín para reforzar las medias (mañana y tarde). Para el almuerzo y la cena es mas
fácil todavía, Ud. mejor que nadie sabe cuales son los gustos de sus hijos (seguramente
son las comidas que su abnegada esposa no prepara por "diversos" motivos),
olvídese de las comidas de plástico, se lo van agradecer quizás cuando regresen a casa
y cuenten lo que comieron, por que su esposa por celos, seguro los hace ligar algo rico y
sustancioso.
Con respecto a las tareas del campamento, Ud. también se tendrá que hacer cargo. Pero
esto no es para siempre, después de algunas salidas (a algunos le dura toda la vida), los
chicos solos empiezan a colaborar, traen leña, lavan los platos, hacen las ensaladas,
arman la carpa y también empiezan a pescar por mas tiempo. Este es el momento justo de
enseñarles el porqué de todo lo que hacemos, devolver los peces al agua y sanos, no
dejar la basura tirada, no arrojar cosas al río, no jugar con el fuego (les encanta) y
muchas cosas mas de las que practicamos cuando realizamos un campamento con pesca
incluida.
Dejé para el final un tema al que no le había encontrado solución, por lo menos con uno
de mis hijos: el agua. Quizás mi propia experiencia les será valida, ellos no saben
medir el peligro que ésta representa y siempre están al borde del río, ya sea tirando
piedras, buscando pancoritas o sacando las ninfas que están debajo de las piedras (buena
fuente de datos), siempre con el agua a la altura de las rodillas y saben que algo pasa
pero no qué. Cierta vez, con un amigo, cruzamos una corredera y para que no se mojara mi
hijo lo crucé a "caballito", a nosotros el agua nos llegó a media pierna,
hasta allí todo bien. El asunto fue a la vuelta, se empeñó en mojarse (hacía calor) y
cruzar por sus medios, mi hijo mide un metro de estatura y pesa 25 Kg., como se podrán
imaginar, si lo hubiese dejado solo las consecuencias hubiesen sido lamentables, pero yo
lo tomé de la mano y me puse del lado de la corriente. Como es de imaginar, el agua le
pasó la cintura y la corriente le levantó las piernas, lo tomé en brazos y cruzamos
nuevamente sin problemas. Ya en la orilla, él solito me manifestó el susto que había
pasado y que nunca mas (no creo) se arriesgaría estando solo, por lo menos hasta el
momento lo está cumpliendo.
Esto no pretende ser una guía práctica ni mucho menos, es simplemente contarles que a
ellos también les gusta salir y compartir las cosas de sus padres, no pretendamos que
ellos sean adultos, nosotros somos los que tenemos que hacerlos crecer, enseñándoles que
hay otras cosas muy interesantes para sus tiempos libres y que son mas gratificantes que
sentarse frente a la TV a perder una tarde completa. Cuando menos se lo imagine, ellos le
exigirán la salida y le aseguro que le preparan todo y no se olvidan de nada, hacen el
menú y a Ud., hasta el vino y los cigarrillos le ponen en la lista de compras. Con el
tiempo seremos abuelos y lo mas lindo que nos podrá pasar será salir de pesca, caza o de
campamento con nuestros nietos e hijos, esos mismos que tanto trabajo nos costó cuando
niño.
Yo lo hago, tengo tres hijos y dos de ellos son nenas y la mas chiquita recién tiene
siete años, la mayor anda en los 12 y el "gurka" 9, y todos hace varios años
que salen conmigo.
Inténtelo, verá las satisfacciones que le depara. Además estará colaborando, sin que ellos lo sepan aún, con su educación integral. En ellos estará depositada nuestra fe para que los recursos naturales no se extingan.