Algunas notas de la Revista Roll Cast


Equipos, por Double Taper, Roll Cast Invierno de 1987, Año 1, Nº 1

Pruebe más de una caña. Pero completa, con reel, línea, leader y una mosca y lugar adecuado donde probarla.

En los cursos a los que concurrí, así como conferencias a las que tuve oportunidad de asistir, durante los cónclaves de la FFF, me enseñaron que lo más importante para el principiante, es aclararle todos los puntos que, por obvios, a veces nos olvidamos de enseñar. Al extremo de oír, en una conferencia de Lefty Kreh, cómo se debían de atar los zapatos de vadeo. Cuando le pregunté a Lefty a que venía tal recomendación, me dijo: Un cordón de zapato suelto, en el medio del río, puede significar un pescador ahogado. Parece ridículo, pero para el que no sabe, significa mucho el más mínimo detalle.
En equipos, es importante saber dos o tres cositas, que parecen sin importancia y sin embargo se deben tener en cuenta.
El balance del equipo es fundamental si queremos pescar descansados y cómodos durante todo el día, a la vez de realizar los lanzamientos con más facilidad y precisión.
Muchos creen, que una caña pesada con un reel liviano, se balancean, y es todo lo contrario.
Una caña de bambú que pese 6 ½ onzas con un reel de la línea Featherweight de Hardy, digamos el Princess, que pesa 4 ¾ onzas, queda desbalanceada, mientras que un Saint John, que pesa 8 ½ onzas, la balancea perfectamente, es más, la hace sentir más liviana.
Todos saben que el reel, en la pesca con mosca, sirve sólo para almacenar línea, aunque resulta más cómodo que con la mano, sobretodo hay mucho menos posibilidad de hacer una galleta. A lo que me refiero es la inoperancia del reel en el lanzamiento. Por eso hoy, para abaratar costos se están comprando reeles baratos, más o menos bien hechos, sin pensar que el peso excesivo de estos artefactos sobre las cañas modernas de grafito y aún de vidrio, muy livianas, desbalancean totalmente el equipo. Para este tipo de cañas, no se debe usar un reel que pese más de 3 ½ a 4 onzas, me refiero a cañas para líneas Nº 7/8, calculando que estas cañas pesarán entre 3 ½ a 4 ¼ /8 onzas.
Para cañas Nº 6/5 que pesan de 2 a 3 onzas creo que el ideal es un reel que no pese más de 3 ½ onzas.
Las cañas de bambú, de 3, 4, 5, 6 caras datan del siglo pasado.
Alrededor de 1845 un armero americano de Pensylvania,de nombre Samuel Phillipe ,construía este tipo de cañas,pero la verdadera industria de la caña de pescar en EE.UU.nace con Hiram Leonard de Bangor,Maine.El perfecciono al extremo la técnica , y no solo eso, sino que fue el maestro de los famosos constructores de cañas,como Ed Payane,Fred Thomas,Billy Edwars.El gran avance realizado por estos precursores y su sucesión , se debió principalmente ,al éxito que tuvo la importación de trucha europea (Salmo Fario).

No compre una caña, espere aprender la sensación del lanzamiento.

Hombres como T.Gordon, A.E. Hendrickson, George Stevenson, desarrollan la mosca seca en EE.UU. Se inicia, lo que con el tiempo, seria una de las industrias más importantes del país del norte, la industria de los equipos para pesca. Surgen los negocios de Payne , Leonard, Thomas, Edwars, Garrison, Powell, Orvis, Gillim y muchos otros fabricantes de cañas, que hacían las cañas a medida para sus clentes.Despues de la segunda guerra mundial, aparecen en el mercado, las cañas de fibra de vidrio, que provocan una verdadera revolución en la industria. Son fabricadas en serie industrialmente. El costo se rebaja en forma notable, al alcance de todos los bolsillos, mientras que el bambú, debido a los hechos politicos en China, empiezan a escasear. Luego aparecen los materiales especiales, grafito y bóron. Las cañas industriales, cada vez son mejores, más livianas y más potentes, mientras que el bambú por su costo, su peso, y la dificultad de conseguir materia prima optima, pierde cada vez mas mercado.
La guerra entre fabricantes de cañas industriales es terrible, ha entrado en competencia el Japón y otros países del lejano Este.Sus cañas aun dejan bastante que desear, pero su precio las hace accesibles. Lo cierto es, y por eso he escrito toda esta historia, que cañas hay muchas, pero cañas buenas hay muy pocas.
Si Ud. Es un principiante, no compre una caña. Espere a aprender y tenga antes de comprar, la sensación del lanzamiento.
Si es posible y siempre debería serlo, pruebe el equipo completo, hágase asesorar por un amigo experto, y pruebe la caña a fondo. Gaste bien una sola vez, una caña, mala, es un lastre difícil de sobrellevar en el río y en el bolsillo.
Recuerde, nadie en el mundo puede diagnosticar si una caña sirve simplemente flexionándola. Es necesario pasarle la línea y montar el reel.

No compre cualquier reel. Preocúpese que balancee bien la caña.

Fijarse que el leader este bien hecho, es decir que sea cónico y rematado en un tipet fino, además que tenga atado una mosca o un pedacito de lana en la punta.
¿Cuál es la mejor caña? La que a Ud. Le resulte más fácil para lanzar correctamente, para ello pruebe mas de una, si es posible varias. No se fije en la marca, las hay de grandes marcas que no sirven. Y recuerde que el reel debe balancear, es tan importante como el numero que corresponda a la caña.

Espero que estos consejos le sean útiles. Si fuera así, tal vez la dirección de la revista, me dé la oportunidad de seguir escribiendo.

Double Taper, Invierno de 1987


Problemas de Casting más comunes y sus soluciones Marcelo Morales Vazquez Roll Cast, Invierno de 1987, Año 1, Nº 1

Es bastante común, que en alguna charla entre pescadores de mosca, oigamos a alguno de ellos decir, soy un mal tirador, pero pesco igual y me divierte. Tal vez, si observáramos a ese mismo pescador, destrozando metódicamente docenas de moscas en las piedras, adornando cuanto matorral tiene cerca o batiendo el agua como una tropilla, no pensaríamos ni por un momento, que está disfrutando plenamente de su pesca.

Hoy en día, mejorar nuestro lanzamiento es sencillo, tenemos a nuestro alcance fantásticos videos, libros, revistas y por su puesto maestros capacitados que se dedican a enseñar lanzamiento y corregir errores en el mismo. Un buen lanzamiento, es muy importante para pescar con moscas secas o ninfas. El viento, es otro obstáculo que desanima a muchos; sin embargo, con una técnica adecuada, es uno de nuestros mejores aliados, ya que disimula nuestra presencia y la de la línea en el agua.

Generalmente, todas las dificultades de lanzamiento, son resultantes de errores en la técnica del mismo lanzamiento. Con el tiempo, vamos adquiriendo malos hábitos y nos acostumbramos a ellos, lo cual detiene el mejoramiento de nuestro lance. Es necesario volver a la técnica correcta, para eliminar el problema.

A continuación enumeraremos los errores que se notan con mayor frecuencia, y sus soluciones.

Lanzamiento demasiado bajo hacia atrás

Si la mosca pega en el agua o toca la tierra detrás de nosotros, se debe, a que el arco que formamos al mover la caña, es demasiado amplio. Al aplicar la fuerza en un arco amplio, la ultima porción de este arco se dirige al suelo, por lo tanto la línea pega al piso o al agua.
Para corregir este defecto, hay que mantener la muñeca firme, detener la caña ni bien esta pasa la vertical, acelerando el movimiento gradualmente, alcanzando una buena velocidad con la línea, manteniendo su altura, hasta que esté totalmente extendida hacia atrás.

Nudos de viento

Frecuentemente encontramos en leader y aveces en la línea, nudos de los más diversos tipos. Estos nudos, que debilitan el leader se forman al acelerar el movimiento de la caña bruscamente, antes de tiempo.
Si aceleramos la caña suavemente a lo largo de su arco de tiro, y no hacemos fuerza de golpe, no habrá mas problemas con los nudos.

La línea o la mosca pegan en la caña

Si la línea o la mosca se enganchan o pegan en la caña, estamos cometiendo el mismo error que produce los nudos anteriores, la corrección en consecuencia es la misma.

La línea leader y mosca caen apiladas

Si el loop o rizo que formamos durante el lanzamiento es muy abierto, no tendrá la fuerza suficiente para completar el tiro, y la línea no podrá estirarse completamente. Otra vez un arco de la caña demasiado amplio, produce este inconveniente. Si soltamos la línea antes de completar el movimiento hacia delante también se ampliara sin estirarse.
Para lograr un loop cerrado y estirar la línea, no hay que bajar la caña atrás ni adelante, mientras todavía estamos dando impulso a la línea.

Rotura el leader en el aire

Comenzar el lanzamiento hacia delante demasiado pronto, produce un estiramiento de la línea muy brusco, que puede cortar la parte final del leader dejándolos sin mosca. A veces sentimos un chasquido seco, otras veces no nos damos cuenta, que la mosca ya no esta donde debiera. Este inconveniente es muy frecuente, cuando el pescador enfrenta vientos de espalda, que retardan el estiramiento de la línea. Si no corregimos la frecuencia del tiro, anticiparemos el movimiento hacia delante, lo que a veces produce la rotura del leader sobre todo si es de diámetro pequeño.

La mosca cae fuerte al agua

Si la mosca, el leader o la línea, caen al agua con demasiada violencia, es porque dirigimos el lance demasiado bajo. En mosca seca, por ejemplo, si la mosca cae fuerte al agua, normalmente se hunde, arruinando su propósito.
Para corregir un tiro bajo hay que inclinar el arco de tiro sin modificar el mismo, el arco debe permanecer cerrado, pero hay que dirigir la línea un poco más alto, para que se estire antes de caer al agua y deposite la mosca suavemente.

La línea no corre

Este es uno de los más exasperantes inconvenientes con los cuales se enfrenta en algún momento todo pescador y puede ser producido por más de una causa. La primera, es formar un arco con la caña muy amplio, en vez de hacer un arco más corto, que además formaría un mejor loop. Un loop cerrado se mueve a mayor velocidad y arrastra más enérgicamente la línea. La segunda causa es una mala aplicación de la fuerza en el arco de tiro; esta aplicación debe ser gradual, acelerándose de manera continua hasta el final del movimiento, para luego dejar pasar la línea, deteniendo la caña sin que esta vibre; la línea se desarrollará por encima de la caña, arrastrando a la que tengamos suelta. Aquí es muy importante el preciso instante en que la mano izquierda suelta a la línea; si lo hace demasiado pronto o demasiado tarde arruinamos el lanzamiento. Nunca hay que soltar la línea que sostiene la mano izquierda, hasta que el impulso que le damos hacia delante haya terminado.

Esta asociación solo reconóce como maestros especializados, a aquellos que han sido habilitados por la misma y disponen de la credencial que los habilita.

Marcelo Morales Vazques, Roll Cast, Invierno de 1987, Año 1, Nº 1


Río Matansilla, por Jorge Donovan, Roll Cast, Invierno de 1987 Año 1 Nº1

Cuando fui invitado, en el mes de noviembre, a las Leñas, para evaluar las posibilidades de pesca deportiva en la zona, no me imaginaba el potencial que existe.
Los lugareños me decían que solo los ríos Tordillo y Cobre eran pescables durante un corto periodo, y la verdad que el panorama no era muy halagador. El agua estaba sucia y baja en raudo torrente, el paso a Valle Hermoso cerrado por la nieve, de tal modo sólo pude hacer algunos intentos en el arroyo que nace en la laguna de La Niña Encantada. Hice un par de lances y prendí una linda arco iris de alrededor de 1kg, ésto estimuló mi interés.
Al día siguiente recorrí el arroyo Las Leñas, descubrí una serie de indicadores que me hicieron pensar en realizar, de ser viable, una obra inédita en Sudamérica, aunque usada desde hace mucho tiempo en Europa y U.S.A. Mi impresión era favorable, pero quería corroborarla.
Hice un segundo viaje a principios de enero. El agua seguía corriendo muy fuerte y además no estaba demasiado clara. A pesar de ello, pude ir a Valle Hermoso y saqué marrón, arco iris y Fontinalis, truchas había. ......Se podía pensar en hacer algo.
La Leñas contrató un biólogo, especialista en manejo de ríos, Terry Roelof, que vino en febrero y volvimos a Las Leñas, acompañados por Mel Krieger, gran pescador, eximio caster y especialista en turismo deportivo. A pesar de nuestros esfuerzos en él Las Leñas –Salado no pudimos sacar nada, pero constatamos la gran calidad de agua, la abundancia de comida (insectos) y la existencia de algunas truchas. Luego de estudiar bien el río, se decidió mejorarlo, dadas las buenas condiciones existentes. Pescamos bien en el Tordillo, aunque truchas no muy grandes. Este río solo se puede mejorar con un manejo adecaudo, ya que físicamente no tiene posibilidades.
En mi viaje anterior, el Sr. Juan Carlos Tretrop, me había hablado de un río remoto, donde se sacaban piezas grandes de 3 y 4 kg. En esa oportunidad, quedamos en que iríamos en mi próximo viaje. Y así lo propuse a mis compañeros, haciendo la salvedad que el río Matansilla queda a 4 horas de caballo, por la cordillera, de Las Leñas. Krieger me contó, que él había subido dos veces a un caballo en su vida y en ambas ocasiones se bajo por voluntad de su montado. Así y todo resolvió hacer un tercer intento.
Con José Peleitay de guía y Juan Carlos Tretop como jefe de expedición, iniciamos la marcha acompañados por María Paz y Pablo Belati. El viaje resulto estupendo, no hace falta ponderar el paisaje cordillerano, es tan magnifico como ustedes lo imaginan, las 4 horas pasan tan rápido, que aún no iniciados en las artes ecuestres, lo notan. Es cierto que hay veces, que los precipicios o los senderitos al borde de ellos, nos hacen cosquillas de aprensión o de otra cosa... sobretodo al final, que yendo por el filo, con precipicios a ambos lados se llega a despeñadero al frente. Allá abajo, bastante lejos, corre espumante el Mantasilla, y uno se pregunta... ¿Cómo se baja?. Faldeando cortito por el arenal, por suerte no es piedra.
Llegamos abajo, felizmente, pero el río. Algo increíble ,un torrente de agua blanca , donde hasta las truchas se ahogan , exagero, pero hay truchas.Hay que encontrarlas. Creo fue el mayor desafío desde que empece a pescar con mosca, hace 55 años.
Después de refrescarnos y almorzar, arme una caña nº 6, línea hundida y ninfa lastrada. Buscando los lugares aparentes lanzaba una tras otra mis enormes ninfas, sin éxito. Por pura casualidad, observe una tucura viva, que daba vueltas a escasos centímetros de la orilla. No vi cuando se la comieron, pero creo que oí el ruido. La busque de nuevo y no la encontré. Cambie el equipo, puse línea de flote y una grass hopper la coloqué en el remanso junto a la piedra que lo formaba, escasamente un metro de diámetro, flotó cinco segundos y se produjo el pique, una marrón de 50 cm. Bastante gorda, que se sacrifico para estudiar el contenido estomacal. Gran mayoría de ninfas de mayfly, algunas caddis y dos stonefiles. ¡La Tacura no estaba! Es decir que había mas de una trucha en ese lugar. Durante la tarde se sacaron varias truchas, todas marrones de, mas de un 1 kg. y Terry tuvo un pique, de un pez que vimos con Mel, que pesaba seguramente mas de 3 kg.
A la mañana siguiente bien temprano le hice un tiro a la grande pero no colaboro, en cambio saque otra de 1.200 kg. Después salí a caballo a recorrer el río, lo que no fue fácil, pero pude ver muchos lugares bastante propicios.
Este río tendría grandes posibilidades, pero lo remoto del lugar, la falta de camino, y lo corto de su temporada, me hacen pensar que por el momento habrá que dejarlo como esta. El gran desafío para los pescadores de mosca, no por el tamaño, que desde ya es bueno, sino por lo ultra difícil que significa leer estas aguas.
Si bien no es un lugar de pesca excepcional, la pesca en el Tordillo es interesante y la aventura del Mantasilla vale la pena experimentarla. Sobre todo a los que le interesa explorar nuevos pesqueros, no pueden combinar con una visita al norte de Neuquen, donde la pesca sí es muy buena.

Jorge C. Donovan, Invierno de 1987


Como se Comportan las Truchas en el Río
Dry Fly, Roll Cast, Invierno de 1987, Año 1, Nº1

El comportamiento de los peces, en general, es bastante oscuro y poco conocido. Es muy difícil la observación de los mismos en su medio natural. Sólo con mucha dedicación y paciencia, se puede llegar a adquirir ciertos conocimientos de su real comportamiento.

Las truchas, no son una excepción. La creencia general, supone que la trucha es sumamente tímida y arisca, pero basta presenciar un rise*, para convencerse que no es así. Si bien no se exponen al peligro en demasía, en la medida que las observamos sin molestarlas, seguirán su rutina alimenticia, sin prestarnos mayor atención.

La mayoría de los pescadores de mosca, en alguna oportunidad, habrán observado truchas en el río.

Si prestan atención a lo visto, recordarán que las truchas están más o menos quietas, colocadas delante o detrás de una piedra o de algún objeto que las proteja de la corriente. Estos lugares se repiten de año a año, es decir, en el mismo lugar donde vimos una trucha, habrá una trucha, que puede ser la misma o no. A estos sitios se los denomina en la jerga piscatoria, lie**. De acuerdo a varios autores, estos lie, son utilizados por más de un pez, nunca al mismo tiempo.

¿Cuáles son las condiciones que establecen un lie? Primero y muy importante, tener un objeto que los proteja de la corriente; si observamos atentamente, comprobamos que los peces, casi no mueven sus aletas y que la cola ondula muy lentamente, es decir, se mantienen en el río sin mayor consumo de energía. La segunda condición, será que una corriente secundaria le lleve, cual si fuera una cinta transportadora su alimento, lo que no les demandará gran desgaste en engullir. La profundidad del agua será la tercera condición. Hay que pensar que las truchas, como organismos vivos, tienen un destino predeterminado. Su ciclo es nacer, crecer, reproducirse y morir. Para llegar a reproducirse, deben primero crecer, por lo tanto deben comer y evitar ser comidas a su vez.

Los enemigos naturales son innumerables, tanto acuáticos como terrestres. Los principales son los pájaros, de los que se defienden ya sea colocándose muy profundo en el río o refugiándose debajo de algo(árbol, tronco, piedra, barranca en voladizo, etc.) Claro que el enemigo más mortal de las truchas es el homo sapiens, de quien aún no aprendió a defenderse. Como hemos visto, su mejor defensa es la profundidad, pero estando muy hondo, subir a la superficie les demanda un extraordinario consumo de energías, por lo tanto cuando come debe de buscar un lie, si bien más expuesto, más económico en energías. Se instalará aquí mientras un pájaro no proyecte su sombra en el río, o no aparezca un ser humano en posición comprometida para él. En tal caso, emprenderá veloz retirada hacia los lugares más hondos y obscuros del pozón, quedándose ahí por diez o más minutos, luego volverá, cautamente, a colocarse en su sitio favorito. Comúnmente tienen entre 5 y 10 lugares donde se apostan, esperando que el río les traiga las suculentas may –fly´s.
Ni bien una trucha abandona un lie, otra, normalmente más pequeña, tomará su lugar.
Es sabido que entre los animales existen jerarquías. En casi todos los casos, el orden los establece el más fuerte, y, en las truchas, sin duda la más grande. Las truchas de un mismo pozón se conocen entre sí, y cuando una de ellas invade el lugar de otra, se produce un combate, donde la más grande prontamente ahuyenta a su rival, en cambio entre truchas del mismo tamaño, o alguna extraña al lugar, se producirá una verdadera riña, de la que saldrá una vencedora que quedará dueña del sitio. Esta jerarquía se mantiene estable a través de los años, según afirma Robert A. Bachman Ph. D. De la Pensylvania State University, que desde 1978 hasta 1981, observó el mismo pool., del río Spruce Creek. Identificó perfectamente por las manchas de lomo a 80 truchas, a las que fotografió.
Hemos dicho, que las truchas no se mueven en el pozón buscando comida, lo que no es rigurosamente exacto. Su comportamiento está más basado en la cantidad de comida que le trae el río y la intensidad de la corriente. También hemos dicho que una trucha tiene entre 5 y 10 distintos lugares donde se alimenta. Veamos la mecánica de alimentación. El pez se sitúa de tal manera, que tiene un amplio panorama por delante, donde ubicar a su presa. Vé por primera vez al insecto, según la profundidad a que se encuentra, cuando éste flota desde 0,40 m a 1,00 m delante de él. En ese momento inicia la subida. La corriente lo lleva hacia atrás, mientras el insecto se acerca a él. Al sobrepasarlo, se da vuelta, abre la boca y lo absorbe, en algunos casos nada de vuelta a su lie, en otros, se deja llevar por la corriente hasta su próximo apostadero.
Cuando observamos una trucha comiendo muchas veces la veremos subir en dos o tres lugares distintos y a intervalos muy regulares. Cuando esto sucede, resulta que nosotros le flotamos la mosca en el lugar donde subió primero, por supuesto que no toma, porque no está ahí, estará subiendo en su segundo apostadero, y tal vez tenga un tercero y un cuarto. Es necesario observar muy bien y tomar el tiempo entre subida y subida.
Las truchas comen constantemente. La más pequeñas durante mayor cantidad de tiempo; las más grandes, tal vez menos tiempo, pero temprano en la mañana y tarde a la tarde aceleran su ritmo. Las enormes, comen casi de noche y supongo que de noche oscura siguen comiendo, mientras que las pequeñas buscan refugios de estos caníbales entre las piedras. Todas las truchas, mientras viven, comen insectos. Yo he visto, en el río Chimehuin, truchas de 5 y más kilos comiendo moscas en superficie y he sacado con una Humpy Nº 14 una marrón de 6 Kg en los últimos bushes, pool final, de la sección preferencial, de la boca del río Chimehuin. Según Bachman, de 15.000 eventos alimenticios registrados por la computadora, menos del 12% fueron realizados en el fondo. Lo que quiere decir que el 88% de los alimentos de una trucha están a media agua o en la superficie.

Practique los tiros de precisión, curvas, reach, rebote, ondulada, etc.

Hay que aclarar que se trata de truchas residentes; los salmónidos anadromos no se alimentan en agua dulce, a veces por varios meses viven de sus reservas, hasta después del desove(los que sobreviven al evento), por lo tanto, su comportamiento sería distinto de lo que estamos describiendo. Lo cierto es que la comida del fondo del río, contribuye poco a la dieta de las truchas, simplemente porque la mayoría no está al alcance de las mismas o demandaría demasiada energía tomarlas. No nos olvidemos que las ninfas en general están debajo de las piedras o entre ellas, hasta que no están por eclosionar, no se ponen a tiro de las truchas. Los pescaditos, los cangrejos y otros organismos, en la mayoría de las ocasiones se prestan a ser devorados, pero no en base a una larga cacería, sino simplemente se exponen a ser consumidos por las truchas.
Cuando se observa el contenido estomacal de una trucha encontraremos varias pancoras, entre innumerables may-fly, caddis y alguna que otra stone fly en sus distintas fases de crecimiento; no estarán ausentes las tucuras, los saltamontes, los grillos, las hormigas.
A esta altura debo recalcar, que las truchas deben de comer ahorrando la mayor energía posible, lo que les hará crecer y desarrollarse con ventajas, para su ulterior fase reproductiva. Para que una trucha crezca, en un río fértil, debe de obtener más energía de su alimentación de lo que gasta en consumirla, por lo tanto esas fantasías, de que las truchas se trasladan constantemente, son inexactas.

Para los aficionados a las líneas hundidas y moscas lastradas, el 88% de las truchas se alimenta a media agua o en superficie

Sólo las migratorias se mueven lejos de donde nacieron; las residentes, sólo abandonan su pool, cuando están por desovar, regresando a él nuevamente. Según Bachman, durante los 4 años que duró su observación, las mismas truchas volvieron a sus sitios cada verano, por supuesto con bajas por muerte, y sospecha de que alguna de las más grandes fueron sacadas por furtivos. En todas partes se cuecen habas.

*subida a la superficie

**asiento, apostadero

Dry Fly, Roll Cast, invierno 1987, año 1, Nº1


Tirando Buenas Ondas, Nicky Satarzenski, Roll Cast, Otoño de 1988, Año 2, Nº 4

Al sonar la palabra "loop", cualquier desprevenido habitante terrestre imaginará, según su estado "psico-momentaneo", algún dorado rulo de la blonde Marylin M. O, tal vez, una inquietante pirueta de las que realizaban humeantes aparatos voladores escribiendo nombres de yerba y jabones por los cielos.
Ahora, si el su susodicho pertenece al género "homo piscatoris" y , más precisamente, a la subespecie "mosquerum", reconocerá sin titubear una de las claves del lanzamiento con mosca. Hablar de "fly casting" no resulta siempre sencillo. Explicar con letras sobre un papel aquello que debe hacerse con el cuerpo en espacios y tiempos naturalmente armónicos, presenta sus dificultades. Ejemplo: los astutos columnistas han dejado de publicar artículos al respecto en revistas especializadas. De todos modos, el novato –al iniciarse- buscará sumergirse en algún libro de pesca, el cual, seguramente, contará con un capítulo dedicado al "fly cast"; aunque casi por obligación, en más de un caso.
Unos cuatro años atrás, publicamos en el entonces Boletín Mosquero, un artículo sobre el "Roll cast". Créasenos que no sugeríamos a nuestros lectores su exclusiva práctica hasta la aparición de la siguiente nota sobre "casting" (es decir, ésta). De ser así. El Roll de Steve Rajeff no se hubiese animado jamás a aparecer por estas comarcas.
Conviene, entonces, adentrarnos en los terrenos teórico-mágicos del cast.
La pesca con mosca es, probablemente, la más sutil de las pescas y, seguramente, la más directamente vincula a pez y pescador. En ella sólo se lanza al agua lo mínimo e indispensable para poder pescar: un anzuelo.
A diferencia de los métodos tradicionales (en los que lanzamos un peso y anzuelos que arrastran la línea), en la pesca con mosca se lanza una línea que pesa y que, en su vuelo, arrastra la liviana mosca para llegar a la distancia requerida y de la forma requerida.
Ello ha forzado a diseñar equipos para ese fin, que funcionarán sólo si sus componentes armonizan entre sí.
Sin entrar en vagos terrenos de compatibilidad entre cañas, líneas, reels, leaders y moscas, daremos por sentado que dispondremos para nuestra práctica de un equipo bien balanceado. De lo contrario, los resultados no serán los deseados. Elemental: no olvidar un trocito de lana de color en la punta.

Modus Operandi

Al igual que con un sartén, lo conveniente es tomar la caña por el mango. Es probable que el "grip" o forma de empuñar sea, en todo esta ciencia, lo más fácil. La comodidad nos dará la pauta. Con el tiempo se verá que para cada objetivo que el pescador se fije, encontrará solo y sin pensarlo, el grip más apropiado y la posición del cuerpo y brazo más cómoda.
Sin duda, hasta alcanzar algún grado de práctica, el iniciado tenderá a estar tensionado durante sus lances, lo que redundará en algún dolorcito aquí y otro allá. Al comenzar las prácticas del "fly casting" debe tenerse en cuenta que se trabajarán músculos cuyo uso no es habitual, y menos en ciertas secuencias, de modo que algunas molestias serán consideradas normales en los comienzos o después de mucho tiempo sin práctica alguna. Lo mejor es adoptar posturas naturales, con la mano que empuña la caña en las cercanías del hombro y el codo algo adelante del cuerpo. Esta posición es menos cansadora y a la vez más firme.
Para lanzar líneas cortas, mantendremos la mano a la altura del cuello y cerca del hombro. Líneas más largas requerirán mantener la mano más alejada del hombro y a la altura de los ojos.
Principio fundamental: a líneas cortas arcos cortos; a líneas largas arcos largos.
Para lanzamientos realmente largos, el arco irá desde atrás y arriba de la cabeza hasta un brazo prácticamente extendido por delante y a la altura del hombro.

Una vez alcanzada cierta naturalidad podremos castear durante horas sin cansarnos, pero...¿de qué sirven tantos divagues si dejamos a un costado el desvelador "loop" del que habláramos al principio? Para comenzar a adentrarnos en él, empezaremos por el ejercicio básico y primero de todo mosquero: levantar la línea del agua y volver a tenderla.
Certifico que con el conocimiento de este solo ejercicio elemental estaríamos ya en condiciones de pescar en gran cantidad de lugares, con excelentes posibilidades.
El lanzamiento es una parte importante de la pesca con mosca; pero sólo una parte.
Se recomienda practicar en un espejo de agua, pues se contribuye al cuidado de la línea y se observa la calidad de la caída (al mejorarse, la línea imita la realidad de la situación de pesca).
A falta de H2O bueno es el césped, aunque las probabilidades del pique sean extremadamente remotas.
La posición deberá ser cómoda e irá variándose con el tiempo, para lograr independencia entre la parte superior del cuerpo y las piernas.Esto es: pie izquierdo o derecho adelantado, pies paralelos, peso en una pierna o en otra, caminando lentamente, etcétera.
Para un primer comienzo podrá adoptarse la posición de parado, con los pies cómodamente separados.
Una vez posicionados y con la caña en la mano diestra, extenderemos unos ocho o nueve metros de línea fuera de la caña hacia adelante. Caña horizontal en dirección a la línea; brazo flexionado y levemente hacia adelante. La otra mano sostiene la línea que viene desde el pasahilos más cercano al reel, entre los dedos pulgares e índice, con alrededor de un metro y medio de línea suelta hasta el reel.
Sugiero esta técnica, pues imita a la acción real de pesca. Por el contrario, creo que sostener la línea entre los dedos de la mano que sujeta la caña molesta al casteador, ya que los continuos tirones de la línea distraen la suave firmeza del grip y, por otro lado nunca se usará este método para poder pescar.
Estamos listos para comenzar nuestro ejercicio y nos imaginamos en el centro de la esfera de un reloj, con la caña como aguja horaria marcando las 10 (la originalidad de este ejemplo es inversamente proporcional a su efectividad).
Levantamos la caña con firmeza, mediante un movimiento suavemente acelerado, hasta detenerla apenas pasadas las 12. A medida que la línea se desplaza hacia atrás y arriba, la caña comenzara a cargarse (ésto es curvarse hacia atrás). Pasado un instante y, cuando comienza a enderezarse el rulo o "loop" que había formado la línea en el aire, llevamos la caña hacia adelante (hasta las 10) con un movimiento también suavemente acelerado. La línea se desarrollará delante nuestro y caerá extendida nuevamente en el agua.
Si todo se da de este modo durante la primera vez, hágame caso: Llene ya una tarjeta de prode. Pero, claro,normalmente siempre hay cosas para corregir.
El loop que conseguiremos, tanto atrás como adelante, puede "ser" o "no ser". Si la vuelta que la mosca describe en el aire es demasiado amplia, evidentemente no hay loop alguno. Esta vuelta debe ser cerrada.
De aquí en adelante, nos dedicaremos al loop en sus dos variantes: cerrado o abierto.

Ahora, el loop

Conviene, en general, conservar un loop cerrado con las consiguientes ventajas: permite mayor precisión y penetra mejor en el viento, tanto adelante como atrás.
El loop cerrado se logra en base a tres factores. El primero es no pivotear la caña. Si durante el movimiento la punta de la caña describe una trayectoria curva, la línea es tirada primero hacia arriba, luego en sentido horizontal y acto seguido hacia abajo. Fácil es imaginar el resultado: la lía describira un gran arco. Si logramos que la punta de la caña describa una línea aproximadamente recta, conseguiremos nuestro objetivo. La línea será traccionada en una misma dirección, por lo que la "U" acostada que formara la línea al extenderse será estrecha.
No debemos mover sólo la mano (pivoteo en la muñeca), o sólo el antebrazo (pivoteo en el codo). Será el puño el que se traslade en forma casi recta, atrás y adelante. El segundo factor consiste en mantener la muñeca firme durante el cast. Esto ayuda a que la caña actúe, curvándose y desarrollando su potencia.
El tercero de los factores influye, al igual que el primero, en la obtención de un traslado casi rectilíneo de la punta de la caña. Se trata de aplicar la fuerza correctamente. Esto quire decir que el movimiento debe ser acelerado y no uniforme; desde las 10 de nuestra esfera hasta la una, donde detendremos la caña abruptamente.
Allí, una vez que la línea se va estirando atrás y la caña cargándose, comenzamos – con igual aceleración- nuestro cast hacia adelante.Suave al principio e inmediatamente acelerado.
Es importante mirar la línea mientras vuela. Tratemos de usar una amarilla o naranja iluminada por el sol, con fondo de árboles: condiciones óptimas que son, por fortuna, relativamente fáciles de lograr. Miremos el recorrido de la línea, procurando no girar en exceso la cintura al mirar atrás, para no modificar sustancialmente el movimiento. Al mirar, experimentemos.

Notaremos que, si aplicamos la fuerza al principio del arco, la mosca pasará por debajo de línea que se va extendiendo hacia atrás. Esto, denominado " tailing loop", puede frecuentemente producir nudos en el leader, con sus consiguientes trastornos. Se podrá también graduar la abertura del loop con la posición en que se detiene la caña.
Cuanto más arriba se detiene más cerrado es el loop y viceversa. Transcurrido un tiempo, lograremos sentir a través de nuestra mano qué está pasando con la línea. Esto resulta importante a " l´heur bleau"- o, más bien, "noire"– matutina o vespertina. Allí debemos apelar a nuestro mejor "feeling", con el fin de no hacer nudos debido a " tailing- loops". Si no estamos seguros, resulta aconsejable revisar el leader antes del siguiente cast. De haber un nudo en la parte fina del leader perderíamos el primer pez que pique, además de la mosca por supuesto.
Uno de los ejercicios recomendados para no caer en este drama es practicar de noche. Esto nos obliga a percibir los más sutiles corcoveos de la línea y a ajustar nuestro "timing". El breve tiempo de espera, una vez hecho el lance hacia atrás, permitirá que la línea se desarrolle correctamente. Si este lapso resulta demasiado corto, comenzaremos nuestro cast hacia delante cuando la mosca esté a medio recorrido hacia atrás y conseguiremos que la línea caiga hecha un bollo cerca nuestro. Por el contrario, si es muy largo, la línea se caerá atrás y, de no engancharse la caída adelante será catastrófica.

De todo lo dicho se desprende que sólo se logrará obtener resultados satisfactorios mediante una real dedicación. "Lo que cuesta vale", dicen por ahí. Claro que, difícilmente se podrá castear con una mano y mantener este boletín abierto en estas páginas en la otra.
El mejor complemento será, sin dudas, algún calificado instructor.
Mejor aún si es de nuestra Asociación.

Nicky Starzenski, Otoño de 1988, año 2/Nº 4


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