"SOBRE PULGONES, TRUCHAS, PESCADORES Y SAUCES...."

Por Diego Flores

Una vision critica sobre uno de los insectos terretres menos conocidos y a la vez mas importantes de la pesca con mosca "sutil" en la Patagonia.

La familia de lo áfidos encierra aquellos insectos comúnmente denominados como piojitos o pulgones. Si bien las especies presentes en la Patagonia cuentan por decenas, la única realmente importante en la dieta de los salmónidos es el pulgón del sauce (Tuberolachnus saligna). Otra posible especie pero de importancia mucho menor es el pulgón del álamo (Pterocoma populea).

La abundancia del pulgon del sauce es superlativa, pudiendo un solo mimbre albergar varios miles de ejemplares. Ellos son los encargados de generar lo que comúnmente se conoce como "rocío de los sauces" y que deja una patina pegajosa y brillante en cualquier objeto que se ubica debajo de ellos, incluyendo automóviles, carpas y demás utensilios de camping. Esta secreción se debe a que los pulgones con una trompa chupadora, succionan la savia, concentrando parte de los azucares y eliminando el resto con el exceso de agua. Esta secreción bastante difícil de eliminar (se necesita de abundante agua y detergente) es la responsable de muchos excesos verbales por parte de miles de personas que disfrutan del aire libre. Medite un poco este punto e imagine la enorme importancia que este insecto puede tener en la dieta de las truchas, sobre todo en rios pequeños o con poca generacion de alimento.

Generalmente se los encuentra concentrados en racimos sobre gajos tiernos donde les es más fácil perforar la corteza. Debajo de estas concentraciones es fácil distinguir acúmulos blanquecinos, parecidos a cera derretida y que son muy buenos indicadores de su abundancia relativa. Otra característica es que al ser aplastados emiten una sustancia violácea obscura. Esta característica también se transmite a la boca de los peces y es un excelente indicio de una alimentación selectiva.

DESCRIPCION Y CICLO DE VIDA

Tuberolachnus saligna es un insecto de constitución robusta pero frágil, que alcanza como máximo unos 5 mm de largo. Su cabeza es muy pequeña, sus patas delgadas y relativamente largas, y su abdomen voluminoso y piriforme. Este ultimo presenta 9 segmentos, siendo el ultimo denominado cauda, y del que parten cerdas de gran importancia taxonómica. El color de los adultos oscila entre un gris humo y casi negro, mientras los individuos jóvenes son de color verde claro y semitransparentes.

Le son característicos a este grupo la presencia de sifones o cornículos (también llamados "tubos de miel"), de forma tubular, comprendidos entre el 5 y el 6 urostergito, siendo los encargados de secretar sustancias cerosas. Estos no tiene que ver con la secreción del "rocío de miel", sino con feromonas de alarma y provocan su dispersión ante la presencia de predadores.

En el hemisferio norte los pulgones a menudo cumplen ciclos de vida complejos, con alternancia de hasta 6 tipos de individuos. Las escasa experiencias analizadas en nuestro pais indicaron que estos fenómenos son poco abundantes, predominando ciclos simples con reproducción partenogenética. Esta ultima consiste en que de un ovulo sin fecundar nace una hembra identica a su madre.

El pulgon del sauce presenta dos formas adultas, una alada (erroneamente conocida como fundatrigena) y una aptera, siendo la ultima la mas abundante. Si bien el ciclo de esta especie ha sido poco observado, por las caracteristicas adversas de la region es posible que la forma de resistencia invernal sean huevos producidos por adultos sexuados.

La aparicion de hembras aladas puede estar sujeto a varios detonantes ambientales, apareciendo recien de varias generaciones. El principal es una elevada densidad, lo que favorece la colonizacion de nuevos arboles. Sin embargo estas migraciones en general quedan restringidas a distancias de pocos metros. Estas ultimas, al contrario de las apteras, presentan una division clara entre cabeza, torax y abdomen.

TECNICAS DE PESCA

Las técnicas asociadas a imitaciones de este insecto son notablemente parecidas a las descriptas para el gusanillo del sauce, pero con mayores necesidades de precisión y sutileza. Sin duda se trata de la pesca con insectos terrestres más fina y compleja de cuantas podemos encontrar en Patagonia, comparables a las descriptas para quironómidos en la pagina..

Mientras la pesca con gusanillos alcanza su máxima expresión entre mediados de diciembre y finales de febrero, el periodo óptimo para intentar con los piojitos comienza a partir de principios de marzo. Si bien estos insectos son muy abundantes durante toda la estación cálida, las truchas no se tornan selectivas hacia ellos si tienen la posibilidad de alimentarse con el mismo esfuerzo de organismos más grandes, fenómeno que ocurre aproximadamente durante los primeros 4 meses de temporada. Pero una vez eclosionados la mayoría de los insectos acuáticos de ciclo anual y verse mermados el resto de los insectos terrestres ante los primeros fríos intensos, se erigen como verdaderamente importantes.

Si la temporada arranca con poco agua y altas temperaturas, por el adelanto de las eclosiones de insectos acuaticos, estos insectos pueden volverse importantes a partir de mediados de enero. Un ejemplo al respecto es la temporada 98/99, que presento niveles de agua solo comparables a la mas gran sequia del siglo, 47 años atrás.

A lo descripto se le suma el factor humano. Para final de temporada gran parte de las truchas en los ríos han sido pescadas, por lo que se hallan muy remisas a tomar las moscas mas usadas por los aficionados, en general mayores a un numero 14 y anudadas a tippets que rara vez bajan de un 4X. Si a ello le sumamos que este es el periodo donde las aguas se encuentran mas bajas y cristalinas, optimizando al máximo los sentidos del pez, no es difícil imaginarse las dificultad de capturar una buena trucha bajo estas condiciones. Además las bajas temperaturas aletargan a los peces atenuando su apetito e instinto atávico de agresión.

La búsqueda de salmónidos de buen porte (45-60 cm) con imitaciones de piojitos y equipos ultralivianos, es uno de los epítomes mas altos de la pesca sutil y supercomplicada de final de temporada. Esta época del año, sobre todo en ríos pequeños o medianos con captura y devolución obligatoria, nos sume en una magia inigualable. Los ríos corren bajos desnudando su anatomía en forma intima, los álamos se visten de dorado y cubren el suelo de un colchón de hojas, irresistible a la hora de la siesta. Las lengas teñidas de rojo, producen un contraste maravillo con el blanco níveo de las primeras nevadas. La ausencia de viento y las temperaturas frescas pero agradables, nos invitan a largas caminatas para descubrir una postal en cada codo del río. La mayor actividad de los peces se registra durante el mediodía, quedando los madrugones en medio gélidas mañanas totalmente archivados. Los peces obligados a alimentarse de insectos muy pequeños (piojitos del sauce, quironómidos, microcaddis y mayflies pequeños de ciclo bianual como las Baetis) producen rises que pueden durar un par de horas y de los que podemos aprender en un día más que en una temporada completa.

Si bien se puede pescar con piojitos a lo largo de todo el periodo diurno, el momento ideal se extiende entre el mediodía y la caída del sol ya que la alza de temperatura actúa como detonador de la actividad de las truchas. La existencia de viento es otro factor positivo ya que les asegura a los peces una buena provisión de naturales.

Las mejores líneas de agua son las que combinan una buena cubierta de sauces, sombra y aguas calmas de flujo muy suave (menor a 30 cm/seg). En general los peces se ubican en aguas muy bajas, a menudo en menos de 50 cm de profundidad y pegados a la costa. En rios de gran tamaño, como el caso de Collon Cura, Limay superior o Alumine, los sectores clave para intentar son las corrientes en reversa al costado de un meandro. A menudo actuan como enormes trampas de nutrientes colectando pulgones ya ahogados por miles. En general se trata de aguas de flujo muy lento o casi inexistente y con la superficie completamente calma.

Este ultimo detalle nos lleva a extremar todos los cuidados respecto a nuestra aproximación ya que cualquier "actitud juvenil" precipita resultados funestos. Muchas veces tras un acercamiento de escasos metros e interminables minutos, no puedo escapar a la sensación de sentirme un poco estúpido, pero este esfuerzo muchas veces es la clave del éxito. La mayoría de las personas descuidan totalmente este proceso, espantando el 80 % de los peces mucho antes de realizar el primer tiro. Varios de los grandes maestros mundiales de la pesca en "small streams" (ríos pequeños) como George Harvey o Vince Marinaro, no escatimaban esfuerzos a la hora de destacar la importancia de este punto.

Cuando me hallo en dichas situaciones trato de vadear lo menos posible. Si por alguna razón no me queda mas remedio, trato de encarnarme en la piel de un anciano de 80 años para el que cualquier mal paso significaría un duro golpe contra el fondo del río. Avanzo lo mas lento posible y con los pies bien pegados, tanteando cada guijarro del fondo con el fieltro de las botas, evitando que al golpear entre ellos emitan sonidos estridentes que alerten a los peces. Situarme en dicho estado mental, a menudo me permite llegar a escasos metros de un pez sin que este advierta mi presencia.

Una vez que damos con sectores con las características apropiadas antes de cualquier intento se impone un buen periodo de observación, ya que se pesca estrictamente sobre peces subiendo. Las practicas en prospecting a menudo son un rotundo fracaso, ya que las moscas que imitan piojitos por su pequeño tamaño son un bocado poco atrayente, además de verse enmascaradas por los abundantes naturales que se encuentran en las aguas.

La lectura de las formas del rise es un detalle clave en la tarea de presentación fina. Las subidas en superficie sobre piojitos del sauce se caracterizan por ser muy suaves y continuos. Si vemos parte del hocico de la trucha al comer o produce burbujas implica que se alimenta de naturales en o sobre la película superficial. Si por el contrario solo vemos rolidos que muestran el lomo del pez o ninguna parte de su cuerpo aparece visible, lo más probable es que se alimenten entre 5 y 15 cm de profundidad.

Esta sutil diferencia puede ser la razón entre cobrar una trucha o no. Repetidas veces me sucedió que una trucha que se negaba en forma obstinada tomar una imitación en superficie, cedía ante una presentada a 15 cm. de profundidad o viceversa. Pescando sobre la película embebo la mosca con silicona, mientras que para hundirla un poco la mojo con un poco de saliva. En este ultimo caso coloco un pequeño indicador de tomada a 30 cm de la mosca, ya que los piques son muy suaves y difíciles de detectar.

La precisión es otro de los factores de cuidado. Como las truchas se alimentan tan cerca de la superficie sobre líneas de agua muy estrechas, a menudo de menos de 30 cm de ancho, sucede que muchas veces carecemos de tomadas no por lo incorrecto de la mosca, sino porque las truchas nunca llegan a verla.

La presentación es en estricta deriva muerta, y dependiendo de la velocidad del agua entre 1 m y 10 cm delante del pez, tanto mas lejos como más rápida sea la corriente. De nada sirve presentar muy lejos en aguas casi paradas; cuanto más se retrase la llegada de la mosca al pez mayores serán nuestros problemas de controlar el drag.

Mas allá del tamaño del río donde pesquemos el equipo deberá ser lo más liviano posible, resultando obsoletos equipos mayores a un numero 5 por su incapacidad de proteger tippets muy finos. La caña ideal oscila entre una numero 0 y una 4, de entre 7 y 8,5 pies de largo y de acción lenta a media. Es importante que sea buena para roll cast, ya que muchas veces debemos pescar en sectores muy vegetados que obstaculizan la mayoría de los tiros tradicionales.

El reel debe ser liviano para equilibrar con el peso de las delicadas cañas sugeridas y poseer un registro de freno excelente. Cualquier indicio que pueda manifestar una tendencia al sobregiro (overrun) debe ser tomado como una razón inequívoca de descarte. Completa el conjunto una línea W.F. o D.T. flotante de color suave (gris, crema o verde oliva) y delicada progresión. El largo del leader no es determinante, los recomendados oscilan entre los 9 y los 12 pies, siendo crítico su diseño y que el terminal tenga como mínimo 80 cm de long.

Un punto polémico es la elección del diámetro del tippet. Por un lado necesitamos la mayor resistencia para poder dominar el pez y por otro lado el menor diámetro posible para que nuestra pequeña mosca trabaje en forma natural, sin contar que para las ariscas truchas residentes de final de temporada una diferencia de 0,03 mm en el diámetro (un X), muchas veces significa la diferencia entre pescar o no. Al respecto desarrolle una formula casera que les puede ser de utilidad.

Si observo que la situación se plantea fácil, sobre todo si se tratan de peces grandes u ocultos en lugares muy enmarañados, utilizo tippet 5X y el mayor tamaño que me permita la imitación; un numero 16 si es low water o un 18 atado normal. Sino obtengo resultados, supongo que la situación se baraja mas complicada o tengo terreno libre para una lucha sin obstáculos, llevo el tippet a 6X y bajo 2 números el tamaño de la mosca. Si sigo sin resultados alargo el tippet a casi el doble, pero sin afinarlo. Como último recurso bajo a un 7X con una imitación menor a un 20 y son muchas las arcoiris mañeras que recién toman al llegar a estos extremos de sutileza.

El piojito del sauce es uno de los insectos responsables de las llamadas eclosiones enmascaradas (hidden hatch). Ello ocurre cuando un insecto de mayor tamaño o más colorido enmascara otro organismo más pequeño y abundante, del que en realidad se alimentan las truchas. El error más común es imitar el insecto más grande y echarle la culpa de nuestro fracaso a otros factores. La única solución a este problema es concentrarnos en realizar la mejor observación de la que seamos capaces.

Recuerdo una salida de pesca a Junín de los Andes para Semana Santa junto a un compañero de Universidad, Luciano Bacchi. La idea era pasar tres días en Aluminé, ya que por su bajo nivel de agua ofrecía condiciones inmejorables para intentar la captura de marrones grandes con equipos livianos, para luego rematar la excursión con un par de días de pura mosca seca en Malleo.

Aluminé nos fue esquivo con los grandes portes, pero nos regaló innumerables arcoiris de 35 a 55 cm que pescadas con equipo 2 fueron una delicia. Una vez en Malleo y embargados por una gran excitación nos dirigimos a un rincón del río que nunca falla. Llegar y observar casi inmediatamente media docena de peces tamaño kilo, alimentándose plácidamente en superficie, nos hizo agradecerle a todos los dioses de la pesca.

Por la suave corriente bajaban en forma espaciadas unos duns de Meridialaris tamaño 14, que bajo la luz de un soleado mediodía parecían mucho más claros de lo que son en realidad. Entrar a las aguas, atar una Sparkle Dun y comenzar a castear fueron una misma cosa. Seleccione un pez y a la primer presentación buena pude cobrarlo. Se trataba de una hermosa arcoiris de 45 cm, la cual devolví a las aguas con el mayor de los cuidados. Semejante colaboración por parte de los peces, me hizo creer que el día de pesca por venir era pan comido. Nada más equivocado.

Al parecer se trataba de la única trucha interesada en subimagos de Mayflies ya que el resto, sin interrumpir su alimentación, rechazaron todo lo que mi amigo y yo les propusimos por mas de una agónica hora. Cualquier explicación con palabras resulta pobre, comparada a los sentimientos de frustración y bronca que nos invadían en ese momento. Después de semanas de "pesca bruta" en Limay y Nahuel Huapi, encontrarnos con la figurita más difícil de la mosca seca y que la oportunidad se nos escape de esta manera, era algo que no podíamos perdonarnos.

Dentro del maremagnun de emociones y datos técnicos que repiqueteaban dentro de mi cabeza, detuve mi mirada sobre los restos de la pringosa mancha violácea, que tanto me había costado quitar de mi mano, minutos antes. Nos miramos con mi amigo y casi al unísono nos gritamos cara a cara..... Piojitos del Sauce!!!!

Era la primera vez que nos enfrentábamos a esta situación y las únicas municiones que teníamos para ganar dicha guerra eran 2 Griffing Gnat, una para cada uno, que de dar resultado debíamos cuidar como una cantimplora en el desierto. Lo cierto es que un simple cambio de mosca nos depararon 2 horas de pesca de mosca seca excepcional, incluyendo una hembra de arcoiris de 55 cm y 1,5 kg, que con caña 2, tippet 6X y una mosca en anzuelo número 22 resultó mucho más de lo podíamos pedir. A partir de allí aprendimos muy bien nuestra lección y en nuestras cajas nunca descansan menos de media docena de minúsculos piojitos.

IMITACIONES

PIOJITO LOW WATER (Diego Flores)

Anzuelo: de mosca seca extrafinos 1 o 2X short y 2 o 3X fine, entre números 16 y 20 (Tmc 531 o Mustad 94833).

Cuerpo: dubbing sintético o natural extrafino color gris humo, ocupando entre el 80 y el 60 % del largo de la pata del anzuelo. Puede ser reemplazado por fibras de pluma de cola de pavo real (peacock hearl).

Hackle: 3 o 4 vueltas de hackle de una pluma de gallo genético (neck) color gris humo (blue dun) o bataráz (grizzly), de un gape de ancho y rapado al ras por debajo.

Opcional: se le puede agregar un ala pequeña de Cull de Canard o polipropileno blanco para mejorar su visibilidad en superficie.

Observaciones: se trata de una mosca extremadamente sencilla y pescadora. El hecho de ser atada Low Water mejora notablemente la efectividad de la clavada sobre una mosca atada tradicional, sobre todo tratándose de peces grandes. Recomiendo por este aspecto leer el cap. .......

El Hackle recortado tiene 2 funciones, mejorar la navegación de la mosca evitando que gire sobre su propio eje y aumentar su poder de clavada ya que las duras fibras de pluma de cuello a menudo obstaculizan la pequeña apertura del anzuelo.

Este modelo resulta igualmente apropiado para imitar adultos de quironómidos.

Otras opciones: Griffig Gnat o Cluster Midge atadas del mismo color y tamaño.

 

TECNICAS DE PESCA

La importancia de este insecto, en las zonas de mayor infección entre mediados de diciembre y principios de febrero es superlativa. Es tal la cantidad de larvas que se precipitan a las aguas, que las truchas se tornan terriblemente selectivas en su presencia. Análisis estomacales realizados en esta época en los ríos Aluminé o Malleo abajo, reflejaron cantidades inusuales en los estómagos de casi todas las truchas capturadas. El típico ejemplo de la utilización incorrecta de imitaciones de gusanillo del sauce, es pescar al azar en aguas abiertas al estilo ninfero. El prospecting resulta poco rentable, ya que la enorme cantidad de naturales enmascara nuestro artificial, reduciendo las posibilidades de pique. El secreto de esta pesca consiste indentificar las líneas de agua donde los peces de mayor tamaño se ubican para consumirlos. Si bien existe una afluencia de larvas durante casi todo el día, por su actividad son más disponibles al mediodía y las primeras horas de la tarde. Dicho punto, más la típica brisa de mediodía que agita las ramas, convierten este momento en ideal.

Durante las horas de mayor luminosidad ambiente, las mejores líneas de agua (prime lies) son aquellas que poseen una buena cubierta arbórea. De esta manera las truchas gozan de protección contra la radiación solar y los predadores, una mayor estabilidad térmica y una abundante provisión de larvas desde la vegetación ribereña. Completan este marco sectores bajos (entre 40 cm y 1,5 m) de corriente suave a moderada (entre 15 y 40 cm/seg.) y una superficie del agua bien calma. Estas condiciones permiten a la trucha una captación optima de las larvas, que generalmente se realiza entre los 5 y 50 cm de profundidad.

Otros sectores rendidores pueden ser el borde exterior de un remanso profundo, bolsillos de corriente detrás de los raigones de los sauces, desplayados bajos cubiertos de vegetación y entradas o recodos de brazos pequeños.

Una vez ubicados un sector como los descriptos, lo ideal es observar detenidamente, tratando de individualizar los peces en el momento en que se alimentan. Este ultimo detalle es fundamental ya la precisión en esta pesca es determinante, 40 cm pueden ser la diferencia entre pescar o no. La presentación clásica es la misma que la utilizada en mosca seca: entre 60 cm. y 1 m delante del pez, en estricta deriva muerta. Otro detalle importante es la profundidad en la que el pez toma las larvas. En general si tengo que hundir mas de 50 cm en poco tiempo, utilizo imitaciones montadas sobre alambre grueso (1 o 2X strong). El caso opuesto lo soluciono con moscas atadas en alambre mas fino (1X fine) y dubbing sintético embebido en siliconas.

En esta pesca el uso de indicadores de tomada es muy útil. Lo ideal es colocarlo entre 60 cm. y 1 m de la mosca, inmovilizado en algún nudo del leader.

La caña mas apropiada esta definida por el ambiente y el gusto del pescador. Por ser una pesca concentrada en las márgenes y no requerir de largas distancias, sumado al pequeño tamaño de la imitación, el equipo puede ser tan liviano como el aficionado lo desee. En general para un curso mediano o grande como Aluminé o Collón Curá se impone un equipo entre números 4 o 5, de 8,5 a 9 pies de longitud y de acción media o rápida. Un río como Malleo, Chubut o brazos menores de los antes nombrados, permite el uso de equipos entre un numero 0 y 3 de acción lenta o media.

El reel debe ser liviano, con un buen registro de freno y equilibrar en peso con la caña. Las líneas mas adecuadas son una WF o DW flotante, de progresión suave y en colores apagados. El leader, dependiendo de las condiciones de pesca oscilará entre 9 y 12 pies, rematado en terminales de 4X a 6X y de no menos de 60 cm. Lo ideales son aquellos con un taper largo como los diseños de George Harvey, siendo fundamental que atenúen el drag, elemento causal de la mayoría de los fracasos.

Completa el equipo un buen par de anteojos polarizados, de inestimable ayuda para la detección de las truchas en su medio natural.

 

volver